miércoles, 10 de febrero de 2016

EJERCICIOS INICIALES PARA DISFUNCION PATELOFEMORAL

PARA COMENZAR 


Estirar y levantar la pierna:










Acuéstese de espaldas dejando las piernas rectas. Tense los músculos frontales del muslo lesionado. Levante la pierna de 6 a 8 pulgadas del suelo dejando su rodilla recta. Sostenga la pierna levantada durante 3 segundos y luego bájela lentamente. Repita 20 veces este ejercicio.

Extensión completa de la rodilla:







Acuéstese de espaldas y coloque una toalla enrollada con un espesor de 6 a 8 pulgadas, debajo de su rodilla lesionada. Estire la rodilla tensando los músculos de la parte superior del muslo. Mantenga los músculos tensados durante 3 segundos y luego suéltelos lentamente. Asegúrese de dejar la parte trasera de su rodilla sobre la toalla enrollada. Repita 20 veces este ejercicio.

Cuadriceps:



Siéntese en el piso con sus piernas estiradas. Tense los músculos de la parte superior del muslo desplazando la rótula hacia su cadera. Sosténgala durante 10 segundos. Repita 20 veces este ejercicio.

DISFUNCIÓN PATELOFEMORAL

La Disfunción Patelo-Femoral (DPF) es una patología común de la rodilla. Ocurre cuando existe una alteración de la mecánica normal entre el fémur y la patela o rótula. Son muchas las causas que pueden originar esta disfunción. En términos simples la rótula no se mueve de manera eficiente contra el fémur, se sobrecargan las estructuras y la articulación genera dolor.

El dolor se localiza en la cara anterior de la rótula. Subir y bajar escaleras, pararse después de estar mucho rato sentado, como en el cine por ejemplo, son típicos. En general aparece el dolor en actividades deportivas o de la vida diaria que involucran flexión de la rodilla.


Al comienzo los síntomas son muy leves casi imperceptibles, pero con el tiempo el desgaste se hace notar y el dolor puede ser muy intenso. Hay que estar atento a las primeras señales. Por lo general se da en ambas rodillas, pero suele comenzar en una.

Como cuadro clínico se puede agrupar en dos grandes síndromes:

- Inestabilidad patelofemoral, en que el paciente categóricamente a tenido 1 ó 2 episodios de luxación patelar.

- Dolor patelofemoral, en que predomina básicamente el cuadro doloroso.



Pueden ser muchas las causas, un mal alineamiento y/o un desbalance muscular gatillan el cuadro. Columna, caderas y tobillos afectan directamente la mecánica de la rodilla. El origen de una DPF puede deberse a alineamientos defectuosos de cualquiera de ellas.

 Lo ideal es aprender a manejar la situación desde el inicio, así se evita un mayor desgaste articular y por ende mayor sintomatología e incapacidad deportiva. Hay que saber que la DPF no es una lesión con fecha de término, como una fractura por ejemplo.

La fractura consolida, sana y ya. La DPF en cambio, es más como una condición y hay que aprender a auto-manejarla. La educación es vital en este proceso. El cuidado postural y ciertos ajustes en las actividades deportivas son necesarios. Para esto se hace necesario trabajar con un  Kinesiólogo especialista que sabrá qué músculos fortalecer, cuales elongar y lo más importante en que ángulos de flexión de rodilla trabajar.

El objetivo principal de la Kinesiología es intentar re-alinear correctamente la rótula mediante ejercicios específicos. Por lo general este trabajo toma tiempo y el paciente debe entender que deberá mantener una rutina especial de ejercicios siempre. Existen casos que requieren cirugía además.

Algunos tips para manejar el dolor:

- Evitar posturas sostenidas en flexión: cambiar la posición de las rodillas al estar sentado, pararse de vez en cuando o mantener las rodillas estiradas cada cierto rato ayuda mucho. Evitar arrodillarse o acuclillarse.

- Fortalecer los músculos de las piernas en posiciones que eviten el dolor (ojalá con un especialista). Sentadillas y estocadas profundas no estan permitidas al inicio.

- Mantener flexible las piernas, sobretodo el tejido lateral del muslo (banda iliotibial).

- Crioterapia (el hielo disminuye el dolor y reduce la inflamación).

- Tomar conciencia de las posturas y actividades que hacemos durante el día para evaluar mejor cuando aparece el dolor. A veces mínimos cambios conductuales hacen una gran diferencia.

- Consultar cuanto antes, no esperar el dolor intenso e incapacitante, mientras antes se trate mejor.

- Incorporar la rutina especial de ejercicios como una forma de vida.